.dropcap { color: #838078; float: left; font-size: 82px; line-height: 60px; padding: 5px 8px 0 0; } El ave de color azul brilla como una llama de gas. Parece sumergirse, no volar: Dos aleteos, el impulso para lanzarse en una caída total, lleno de gracia y fe, remontado vuelo con seguridad por sus alas que lo propulsan hacia arriba, antes de que el siguiente impulso lo pose sobre una rama. Es una Chara de Santa Cruz, prima de la Chara Californiana que abunda en los comederos de tierra firme, que solo puede encontrarse aquí, en la Isla de Santa Cruz, la más grande de las ocho Islas del Canal cerca de la costa sur de California. Esta ave azulada tiene las cejas blancas, el torso gris y una V sobre su pecho blanco como el cuello de una camisa. Regaña las tres mujeres que lo han llamado esta tarde de enero —¡PASHPASHPASH!— como un elegante señor mayor que refunfuña para que le den su cena. Carina Motta cuenta con esta audacia. Junta sus labios para intentar imitar...