Las islas barrera de Luisiana no parecen gran cosa. Decenas de masas largas y angostas forman una cadena floja alrededor de la l铆nea costera del sur del estado, y muchas solo se elevan apenas unos metros sobre la superficie del mar. La erosi贸n es un enemigo inevitable para cualquier expansi贸n arenosa, pero en los 煤ltimos a帽os estas islas han empezado a contraerse a una velocidad alarmante, tan r谩pido que caracter铆sticas de miles de a帽os de antig眉edad podr铆an desaparecer por completo a finales de siglo. Perder estas briznas de tierra ser铆a desastroso. Sin ellas, poderosas tormentas azotar铆an las ciudades costeras, los puertos mar铆timos y los humedales. Las mansas aguas detr谩s de su frente protector desaparecer铆an, as铆 como los viveros donde se reproducen y crecen peces, camarones, cangrejos y ostras, y donde cien millones de aves viven, anidan o se detienen a descansar y reabastecerse en sus vuelos migratorios de largas distancias.
Luisiana est谩 en una carrera contra el tiempo, seg煤n el Gobernador John Bel Edwards. "Si no restauramos esta barrera, peligra nuestro futuro", me confes贸. "Esa tierra es la primera l铆nea de defensa. No podemos exponernos a una situaci贸n en la que el Golfo de M茅xico 鈥榮e trague鈥 los diques de Nueva Orleans".
Las causas de esta desaparici贸n son muchas y conocidas. Los canales de las industrias de petr贸leo y gas han fragmentado los humedales costeros, lo que ha permitido que surja agua salada tierra adentro y que las islas queden la deriva, separadas de las costas que normalmente abrazan. La canalizaci贸n del r铆o Misisipi ha agotado a los humedales de sedimento, su elemento m谩s b谩sico, y ha arrastrado gran parte de la arena que de otro modo estar铆a engrosando la barrera muy adentro del Golfo de M茅xico. Es m谩s, la costa de Luisiana est谩 cediendo de manera natural mientras sube el nivel del mar; el agua est谩 ascendiendo a un cent铆metro y medio por a帽o e inexorablemente devora la costa a煤n m谩s. Y se suman las numerosas tormentas y el derrame de petr贸leo de BP, que han apaleado las islas. Mientras el clima siga calent谩ndose, se proyecta que el nivel del mar ascienda m谩s de dos metros para el a帽o 2100, y m谩s tormentas intensas har谩n destrozos en las islas, lo que provocar谩 que las fauces acuosas del Golfo de M茅xico se expandan y dejen a la costa y sus habitantes cada vez m谩s expuestos.
Despu茅s de a帽os de esfuerzos sin coordinar para detener la p茅rdida de tierras costeras, Luisiana ahora tiene un plan maestro. La Autoridad de Protecci贸n y Restauraci贸n Costera (CPRA, por sus siglas en ingl茅s), formada en 2005 en respuesta a los nefastos destrozos ocasionados por los huracanes Katrina y Rita, ha creado , cuya 煤ltima reiteraci贸n fue aprobada en junio por la legislatura del estado. Dos de los componentes m谩s importantes del plan son reconstruir los sistemas de barreras y dise帽ar cortes intencionales en el sistema de diques del R铆o Misisipi para permitir que el r铆o, tan cargado de sedimento, reponga y reconstruya los humedales costeros. Es un emprendimiento colosal, y el proyecto de restauraci贸n costera m谩s grande de la historia estadounidense. Redise帽ar la vasta extensi贸n de la barrera y los humedales de Luisiana, y construir otra infraestructura protectora como muros y diques de defensa contra inundaciones, costar谩 50 mil millones de d贸lares o m谩s en los pr贸ximos cincuenta a帽os.
En un giro ir贸nico, el derrame de petr贸leo de BP de 2010 ha permitido que este plan astron贸micamente costoso empiece a implementarse. Luisiana para trabajos de restauraci贸n por el pago de multas por parte de los responsables de Deepwater Horizon, que provoc贸 la muerte de once personas y verti贸 4,9 millones de barriles de petr贸leo crudo en el Golfo. Existen varias fuentes de financiamiento relacionadas con el desastre, incluso m谩s de $810 millones provenientes de los fondos de la Ley RESTORE (por su significado en ingl茅s, "Ley de Recuperaci贸n"), una parte de los cuales empezar谩n a fluir este a帽o; cinco mil millones de d贸lares de la Evaluaci贸n de Da帽os de Recursos Naturales (NRDA, por sus siglas en ingl茅s), y casi 1.300 millones de d贸lares del Fondo para el Beneficio Ambiental del Golfo de la Fundaci贸n Nacional de Pesca y Vida Silvestre (NFWF, por sus siglas en ingl茅s).
Luisiana ya ha comenzado las obras de restauraci贸n, para lo que utiliza los fondos por el derrame de petr贸leo de BP y otros recursos. Los dirigentes saben que est谩 todo en juego. "Nuestras acciones en las pr贸ximas dos d茅cadas", dice el plan maestro, "determinar谩n si sobrevive la costa de Luisiana". Su supervivencia es importante no solo para la gente y la vida silvestre locales. Todo estadounidense que carga combustible en su veh铆culo, usa pl谩stico o come camarones, est谩 utilizando un producto que bien puede haber sido extra铆do, forjado o cosechado en la costa de Luisiana. Sin un sistema de barrera saludable, todo esto est谩 en riesgo.
En un remoto laboratorio mar铆timo de Luisiana, el ge贸logo costero Alex Kolker abre Google Maps y describe c贸mo la barrera del estado comenz贸 a existir. Hace un acercamiento sobre la imagen de South Pass, ubicado a alrededor de 160 kil贸metros al sudeste de Nueva Orleans. All铆, un brazo largo del Misisipi ingresa al Golfo de M茅xico. El agua fresca se frena al chocar con el oc茅ano, explica Kolker, y sedimentos m谩s pesados, como la arena, caen, lo que crea una pila masiva. El viento y las olas golpean la pila y forman una l铆nea larga y delgada. "Esta es la protobarrera", contin煤a Kolker, explicando que este es tambi茅n es uno de los pocos lugares de Luisiana donde el Misisipi todav铆a est谩 generando tierra.
En un per铆odo de varios cientos de a帽os, la protobarrera se convierte en una barrera madura con una playa ancha, una tira de dunas y pantanos de fondo. La capacidad del Misisipi de depositar sedimentos y arena literalmente ha construido el sudeste de Luisiana, tanto los humedales costeros como la barrera de islas. Aproximadamente una vez cada mil a帽os, el r铆o cambia su curso de modo natural, y env铆a el sedimento por un nuevo camino. Una vez que el r铆o se traslada, los pantanos y las islas a lo largo del trecho antiguo empiezan a erosionarse hacia el mar. A nivel hist贸rico, el r铆o cre贸 tierra en el 谩rea reci茅n inaugurada y Luisiana sigui贸 creciendo, pero el Cuerpo de Ingenieros del Ej茅rcito y otros han obstruido el Misisipi con presas y trabas, y los canales y diques han contribuido a canalizar su rico sedimento hacia el mar, en lugar de permitir que se acumule a lo largo de la costa. "Salvo que haya un apocalipsis zombi, no creo que volvamos al estado natural en ning煤n punto del milenio previsible", dice Kolker. "En realidad, los seres humanos son el mayor factor de influencia de los procesos naturales del planeta en la actualidad".
El plan maestro de Luisiana reconoce esa realidad. "Sabemos que nuestra costa cambiar谩, pero tenemos dos opciones", comenta Bren Haase, uno de los principales desarrolladores del plan. "Podemos permitir que se degrade y desmorone y tolerar ese dictamen donde vivimos y en lo que hacemos con nuestra costa, o podemos controlar ese cambio, y eso es lo que estamos intentando hacer".
La CPRA en la actualidad est谩 emprendiendo proyectos en la Cadena de Barreras de la Cuenca Barataria y en los humedales de Luisiana. El costo total ser谩 de aproximadamente 500 mil millones de d贸lares, y los fondos provendr谩n de las multas por el derrame de petr贸leo de BP: $7,3 millones de la Ley de Restauraci贸n, $153,6 millones de la NFWF y $318 millones de la NRDA. Cientos de millones de yardas c煤bicas de arena, recogidas costa afuera, reconstruir谩n las playas, dunas y los h谩bitats de pantanos tras la barrera, para permitir que estas islas vuelvan a servir como amortiguadores importantes una vez m谩s.
En marzo la CPRA finaliz贸 su proyecto de restauraci贸n de barreras m谩s grande hasta el momento, en Cabo Caminada. Este sistema de barreras de trece millas de largo ofrece una protecci贸n vital para el puerto petrolero vecino, Fourchon, e incluye la Isla de Elmer, una playa popular para pescadores de ca帽a y avistadores de aves. Aunque Caminada qued贸 fuera de la zona de destrucci贸n del hurac谩n Katrina, la Isla de Elmer fue azotada por el hurac谩n Rita en 2005 y una vez m谩s por el hurac谩n Gustav en 2008. En 2010 lleg贸 a las costas petr贸leo de las fugas del pozo Macondo de BP, para unir las playas con bolas de alquitr谩n pegajoso del di谩metro de platos de t茅, que sofocaron los pantanos interiores con mugre negra t贸xica. Luego, en 2012, atac贸 el . Estos fen贸menos devastaron el cabo. Las olas de huracanes y los arrebatos de las tormentas devoraron las playas, lo que provoc贸 una extensa p茅rdida de costas, y los potentes vientos y el oleaje desprendieron los humedales.
Una c谩lida ma帽ana de abril llegu茅 a la Isla de Elmer en busca de frailecillos de Wilson. Me un铆 al director de conservaci贸n de aves de , Erik Johnson, y a dos t茅cnicas costeras de temporada, Sarah Bolinger y Melinda Averhart. 爆料公社 Luisiana ayud贸 a orientar sobre qu茅 proyectos deber铆a priorizar el plan maestro, seg煤n factores como d贸nde buscan comida y se reproducen las aves migratorias, y los relevamientos de sus aves costeras ayudar谩n a evaluar c贸mo responden las aves al trabajo de restauraci贸n. Este d铆a primaveral, reci茅n est谩n llegando los frailecillos de sus misteriosas tierras de invernada en Centroam茅rica, y el equipo de Johnson est谩 buscando parejas de apareamiento para marcar, los charrancitos americanos que tambi茅n controlar谩n todav铆a est谩n en viaje. "Antes de la restauraci贸n, est谩bamos metidos en agua hasta el pecho", cuenta Johnson, mientras hace gestos hacia la enorme playa sobre la que estamos parados.
El proyecto de 216 millones se financi贸 en gran medida a trav茅s de las multas penales que pagaron BP y Transocean, propietario de la plataforma Deepwater Horizon. Los obreros dragaron nueve millones de yardas c煤bicas de arena de un banco a casi 50 kil贸metros costa afuera, la llevaron en barcazas hasta la costa y la bombearon mediante tuber铆as en la playa, para crear 1.059 acres de barreras, dunas y un h谩bitat de playa nuevos. Johnson me muestra c贸mo se est谩n expandiendo estas dunas de poco m谩s de 2 metros de altura, gracias a la contenci贸n que atrapa la arena. Se帽ala una planicie arenosa detr谩s de las dunas que lleva a un pantano exuberante. Garcetas rojizas, diezmadas por los cazadores de plumas a fines de 1800 pero que ahora est谩n protagonizando el regreso gracias a los esfuerzos de conservaci贸n que hace 爆料公社, corren veloces a trav茅s de los terrenos bajos, saltan al aire y atrapan peces. Gorriones sabaneros marinos, pollos de mangle, garcetas tricolor y chotacabras zumbones anidan en el pantano interior, donde cenan abundantes cangrejos europeos, ara帽as y otros invertebrados marinos, y, en el caso de los chotacabras, insectos voladores.
"A los frailecillos les encanta el lugar donde la playa se junta con el pantano", precisa Johnson, mientras se帽ala la amplia planicie arenosa. Con toda seguridad, m谩s tarde esa misma ma帽ana atraen un par de frailecillos con un cebo de barro casero y un tel茅fono inteligente con una grabaci贸n de un polluelo en problemas. Atrapan al d煤o con una red de niebla y los marcan como parte de su trabajo de seguimiento de la poblaci贸n de frailecillos mientras va madurando la playa reci茅n restaurada. "La gran pregunta es c贸mo responden las aves individuales y sus poblaciones locales al nuevo h谩bitat generado por la restauraci贸n costera", comenta Johnson. En el transcurso de la temporada de reproducci贸n, su equipo registrar谩 alrededor de 500 parejas de charrancitos americanos en proceso de nidificaci贸n y treinta parejas de frailecillos de Wilson en esta playa restaurada.
Parece que, si se reconstruyen las dunas de las barreras, las aves vendr谩n. Sin embargo, ese esfuerzo tit谩nico por s铆 solo no alcanza para asegurar que prosperen. Johnson distingue huellas de coyote en la misma 谩rea del pantano donde estuvimos marcando frailecillos. "El 茅xito de los nidos del a帽o pasado aqu铆 fue terrible", a帽ade. "En gran medida se lo atribuimos a la depredaci贸n de los huevos por parte del coyote". Para evitar el mismo destino esta temporada, Bolinger y Averhart instalar谩n casi media milla de cercas el茅ctricas alrededor de las 谩reas y dedicar谩n innumerables horas a volver a colocar los postes que caen en la arena resbaladiza. Tambi茅n hablar谩n con centenares de visitantes de la playa acerca de la importancia de respetar las 谩reas aisladas con cercas y asegurarse de que sus perros tambi茅n las respeten. Cuando las aves son j贸venes y fr谩giles, cada peque帽a ayuda suma.
Cada pescador tiene su lugar favorito. Jerry Gonz谩les est谩 junto a un tronco de 谩rbol ca铆do en un pantano interior a treinta minutos del centro de Nueva Orleans. Para llegar all铆, hay que conducir hacia el este por la Avenida St. Claude, pasar por un estudio de danza de un vecindario popular y una franja de restaurantes nuevos antes de atravesar un canal y seguir por Lower 9th Ward, el vecindario de Nueva Orleans reconocido por su m煤sica 鈥擣ats Domino creci贸 all铆鈥 as铆 como por la inundaci贸n devastadora durante el hurac谩n Katrina. Cruzamos por la zona pantanosa y rural de St. Bernard Parish en una autopista local, giramos para alejarnos por una carretera rural y estacionamos. Seguimos un sendero borroso a trav茅s de densos matorrales para llegar al tronco de Gonz谩les. "Me encanta este lugar", me asegura, y respira profundo el aire fresco. Viene para escaparse del ruido y el ajetreo de la ciudad, y para pescar los favoritos locales como la gallineta, la corvina pinta, la corvina y el sargo chopa, que muchas veces lleva a su regreso para regal谩rselos a sus amigos de Faubourg Marigny, un pintoresco vecindario de dos siglos que bordea el Barrio Franc茅s.
Esa es la costumbre de Nueva Orleans, es la costumbre de Luisiana, y como la costa del estado se est谩 resbalando hacia el mar, es un estilo de vida que corre mucho peligro. Los pantanos cerca del lugar de pesca de Gonz谩lez est谩n siendo v铆ctimas de la desaparici贸n 茅pica de Luisiana, que de a poco se est谩 erosionando en Breton Sound. Salvar la lozana y cercana Bah铆a Barataria es una de las partes m谩s ambiciosas de todo el plan maestro.
La propuesta para el est谩 ubicada en el banco este del Misisipi, casi a 48 kil贸metros r铆o abajo de Nueva Orleans, y a 110 kil贸metros m谩s all谩 de Head of Passes, donde el r铆o se divide en tres flujos separados que lo llevan al Golfo de M茅xico. El proyecto crear谩 una entrada controlada en el sistema de diques del R铆o Misisipi 鈥攖reinta y cinco mil pies c煤bicos por segundo, o casi seis por ciento del caudal del Misisipi鈥 para fluir en Breton Sound, cuyos pantanos costeros se est谩n fracturando hasta el olvido. Breton Sound ha perdido m谩s de 414 kil贸metros cuadrados de tierra desde 1932, y los lugare帽os relatan una y otra vez que lo que sol铆a ser un pantano, ahora es agua. El desv铆o introducir谩 aproximadamente 70 millones de toneladas de sedimentos nuevos en un per铆odo de 50 a帽os, para funcionar como base para la formaci贸n de miles de acres de nuevos humedales, que ser谩n el h谩bitat de cangrejos y peces que los pescadores como Gonz谩les premian, as铆 como de pel铆canos, charrancitos, gaviotas, garzas, garcetas, patos y otras aves acu谩ticas, y ofrecer谩n una s贸lida protecci贸n contra los huracanes para las 谩reas interiores adyacentes, incluida Nueva Orleans.
Otro proyecto propuesto, el , construir谩 una estructura de compuertas en el dique del banco oeste del Misisipi, unos kil贸metros al sur del desv铆o de Breton. Canalizar谩 una peque帽a parte del r铆o hacia la Bah铆a Barataria, que ha perdido m谩s de 1,2 millones de kil贸metros cuadrados de humedales costeros desde 1932.
En total los dos proyectos de desv铆o costar谩n dos mil millones de d贸lares. Crear谩n o mantendr谩n tanto como cuarenta y siete mil acres de humedales y tierra, y reducir谩n la p茅rdida de tierras hasta un 65 por ciento. Los proyectos de esta magnitud pueden lograrse gracias al enorme caldero de dinero que se programa que Luisiana recibir谩 por el derrame de petr贸leo de BP. "Es la primera vez que seremos capaces de implementar proyectos costeros a tan gran escala y empezar de verdad a recrear tierras en Luisiana", comenta la gerente de comunicaciones de 爆料公社 Luisiana Lauren Bourg.
El Gobernador Edwards est谩 presionando para empezar los proyectos de desv铆o tan pronto como sea posible. En marzo al Presidente Trump para solicitarle que acelere los desv铆os de Breton Medio y Barataria Media, as铆 como otros tres proyectos de la CPRA, pues todos atravesar谩n un dique federal y requerir谩n permisos especiales. La rapidez har谩 que los proyectos sean la prioridad m谩xima para los organismos regulatorios, lo que los incitar谩 a llevar a cabo las revisiones ambientales y estructurales necesarias con prontitud. "Si se acelera, la aprobaci贸n de estos proyectos podr铆a demorar dos a tres a帽os", aclara la vicedirectora de 爆料公社 Luisiana Cynthia Duet. De otro modo podr铆an demorar muchos a帽os, un tiempo que Luisiana no tiene. Trump todav铆a tiene que responder la solicitud del gobernador.
Aunque Trump no ha demostrado ning煤n apoyo a las costas estadounidenses. Para que el plan maestro de Luisiana tenga 茅xito, el estado necesitar谩 dinero de otras fuentes de financiamiento, no solo de las relacionadas con BP, lo que significa contar con calderos de financiamiento recurrentes cada a帽o, que provean alrededor de 25 millones de d贸lares anuales, y con los ingresos por petr贸leo costa afuera de la Ley de Seguridad Energ茅tica del Golfo de M茅xico (GOMESA, por sus siglas en ingl茅s), que generan aproximadamente 176 millones de d贸lares anuales que Luisiana designa para financiar las actividades de restauraci贸n, protecci贸n e infraestructura costeras. GOMESA seg煤n el . Muchos legisladores de Luisiana se opusieron verbalmente al recorte; la ley se preserv贸 en la versi贸n de la C谩mara del presupuesto, pero es una lucha que la delegaci贸n de congresistas de Luisiana probablemente enfrentar谩 cuando se trate el presupuesto para el pr贸ximo a帽o. "La restauraci贸n costera es un asunto de m谩xima importancia en Luisiana", asegura Brian Moore, vicepresidente de pol铆tica del Golfo de M茅xico de 爆料公社. "Es tan importante como los impuestos y el control de armas".
Los arquitectos del plan maestro est谩n avanzando a toda m谩quina mientras tienen respaldo pol铆tico y econ贸mico. Cada barrera restaurada y cada humedal revivido aporta m谩s h谩bitat de vida silvestre y mucha m谩s protecci贸n contra las tormentas, y hace que el comercio y los productos y los ecosistemas y la gente del estado est茅n mucho m谩s seguros.
A fines de junio, la tormenta tropical Cindy empez贸 a arrastrarse hacia la Costa del Golfo. Al principio parec铆a como si pudiera desplegar todo su plumaje como un hurac谩n y aporrear la Isla de Elmer. Erik Johnson estaba tenso. Las dunas reci茅n restauradas se elevan a solo siete pies sobre el nivel del mar en su punto m谩ximo; muchos charrancitos americanos y frailecillos de wilson nidificaban m谩s abajo. "La tormenta tropical Cindy est谩 aplastando Luisiana, y todas las playas costeras se est谩n inundado con el oleaje de la tormenta", me comentaba por correo electr贸nico Johnson el 21 de junio. "Nuestros bi贸logos costeros en Grand Isle y Cameron Parish, as铆 como el personal de nuestro Santuario Rainey, han evacuado debido a las amenazas de tornado y marea alta, que pone en riesgo a autom贸viles e inmuebles... Lamentablemente, estamos anticipando casi un fracaso completo de nuestras aves que nidifican en la playa". A primera hora del 22 de junio, Cindy lleg贸 a la costa cerca de Cameron, Luisiana.
La tormenta no fue tan devastadora como se predijo. Los vientos m谩ximos sufridos fueron de 64 km/hr, apenas lo suficientemente fuertes para que Cindy est茅 en la categor铆a de tormenta tropical, y el oleaje m谩ximo de la tormenta alcanz贸 los 1,2 metros de altura. De todos modos, Elmer sufri贸 mucho el impacto. Cuando las t茅cnicas Bolinger y Averhart regresaron cinco d铆as m谩s tarde, despu茅s de que baj贸 la inundaci贸n, vieron que toneladas incalculables de arena se hab铆an agregado recientemente a las cantidades que se trag贸 el mar. Los poderosos vientos y las olas hab铆an arrancado la cerca el茅ctrica que hab铆an instalado solo un mes y medio antes. Sin embargo la tormenta no hab铆a ahogado a todas las cr铆as, como Johnson hab铆a temido. Un cuarto de los polluelos de los charrancitos y 67 por ciento de las cr铆as de frailecillos sobrevivieron. Otros sitios sufrieron p茅rdidas mucho peores; en algunos casos, la tormenta aniquil贸 a cada cr铆a. La supervivencia en Elmer quiz谩s se ha debido a la reciente restauraci贸n: La elevaci贸n m谩s alta de la arena nueva puede haber protegido m谩s a las aves y sus nidos.
En las semanas siguientes observaron que m谩s charrancitos americanos empezaron a nidificar de nuevo, m谩s tarde en esa temporada, de lo que Johnson jam谩s hab铆a presenciado. Los frailecillos ya hab铆an terminado por ese a帽o. Pero los rayadores americanos, que hist贸ricamente no anidaban en la isla, empezaron a aparecer despu茅s de Cindy. Primero un pu帽ado, luego llegaron decenas, quiz谩s porque las distantes islas costa afuera donde anidan estaban demasiado inundadas para regresar. Cualquiera sea el caso, a fines de julio casi 40 parejas de rayadores hab铆an salido de los nidos en la golpeada playa, y alcanzaron una segunda oportunidad.
Cindy demostr贸 la fragilidad de la barrera de Luisiana, donde un pie m谩s de arena puede marcar la diferencia entre una isla ahogada y mantener un poco de tierra seca, lo que, en su momento, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para una joven cr铆a. Seguir谩n llegando tormentas y se separar谩n en la tierra, es natural. Pero si aportamos m谩s resistencia al sistema, le dar谩 a la costa 鈥攜 a la vida silvestre y la infraestructura que soporta鈥 una posibilidad mucho mejor de sobrevivir. Y as铆 contin煤a la lucha por la costa de Luisiana. Y as铆 debe ser.
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Conservaci贸n de las aves en todo el Golfo
El compromiso de 爆料公社 de proteger las aves en el Golfo de M茅xico empez贸 mucho antes del desastre de Deepwater Horizon y se extiende mucho m谩s all谩 de Luisiana: es un esfuerzo de un siglo que se abarca los cinco estados del Golfo. Desde el derrame de petr贸leo de BP, la organizaci贸n ha tenido un papel fundamental para asegurar que los fondos para la restauraci贸n que provienen de la cat谩strofe beneficien a las aves y el h谩bitat costero del que dependen. Desde la defensa de proyectos de conversaci贸n claves, hasta la realizaci贸n de ambiciosas evaluaciones de aves para restaurar los sitios de reproducci贸n, 爆料公社 est谩 ayudando a que las aves de todo el Golfo se recuperen y sobrevivan. 鈥擜ndy McGlashen
Alabama
se asociar谩 con el estado para lanzar un programa de control y administraci贸n de las aves costeras, que entrena a voluntarios para vigilar sitios de reproducci贸n claves de aves prioritarias a lo largo de las veinte millas de costa del Golfo, coordinado por .
Aves que beneficia: correlimos gordo, costurero pico corto, chorlitejo blanco
Florida
y los cap铆tulos locales participan en 283 proyectos de restauraci贸n costera. Adem谩s de controlar e investigar, la organizaci贸n usa los fondos para restauraci贸n para adquirir y proteger la 煤ltima porci贸n de propiedad privada del Arrecife Lanark 鈥攗na barrera pr铆stina con abundancia de aves en las afueras de Panhandle鈥 y salvar el h谩bitat de la erosi贸n mediante la instalaci贸n de arrecifes artificiales en el Refugio de Aves del Banco de Alafia de Tampa, parte de la importante zona aviar de la Bah铆a de Hillsborough.
Aves que beneficia: rayador americano, frailecillo silbador, esp谩tula rosada
Luisiana
En el estado m谩s afectado por el derrame de BP, ha abogado en defensa y ha intervenido para propulsar m谩s de una docena de proyectos de restauraci贸n mediante Restore the Mississipi River Delta, una coalici贸n de grupos conservacionistas. 爆料公社 tambi茅n est谩 controlando aves en algunas 谩reas del proyecto, como los ochocientos acres de la reci茅n creada y mejorada playa y dunas de Cabo Caminada.
Aves que beneficia: charrancito americano, gorri贸n sabanero marino, frailecillo de wilson
Misisipi
Con ayuda de m谩s de doscientos voluntarios que participan en los programas de administraci贸n costera, dirige esfuerzos continuos para controlar las aves costeras en 17 sitios a lo largo de 48 kil贸metros de costa, protege el h谩bitat vital de aves acu谩ticas y educa a los visitantes de la playa sobre c贸mo proteger las aves vulnerables, as铆 como c贸mo mantener los perros con correa y c贸mo evitar las 谩reas de reproducci贸n.
Aves que beneficia: charrancito americano, frailecillo silbador, frailecillo de wilson
Texas
protege las islas de colonias de grajos que ofrecen un h谩bitat de nidificaci贸n para muchas aves, incluso 60 por ciento de las garcetas rojizas del estado y 75 por ciento de sus ostreros comunes americanos. En la Bah铆a Matagorda, donde solo dos de diecis茅is sitios de nidificaci贸n hist贸ricos todav铆a ofrecen un h谩bitat de reproducci贸n para las aves, 爆料公社 est谩 trabajando para identificar 谩reas que podr铆an sustentar un nuevo h谩bitat dise帽ado.
Aves que beneficia: ostrero com煤n americano, pel铆cano pardo, garceta rojiza