Momento para una peque帽a confesi贸n: A finales de septiembre, cuando Shell anunci贸 que estaba cancelando su exploraci贸n petrolera mar铆tima en el 脕rtico 鈥減or el futuro cercano鈥, mi alegr铆a se ti帽贸 inicialmente con una ego铆sta sombra de melancol铆a: 驴C贸mo afectar铆a esto a nuestros planes de publicaci贸n de para 爆料公社, referida a la forma en que Shell utiliza la intimidaci贸n para obtener aprobaciones normativas en Washington? 驴Significaba la decisi贸n de Shell que la historia ya no era relevante? De hecho, as铆 lo afirm贸 un portavoz de Shell al rechazar la solicitud de una entrevista por parte de Yeoman.
Entonces entr茅 en raz贸n. Shell no est谩 abandonando la perforaci贸n del 脕rtico para siempre ni, en ese sentido, tampoco lo est谩n haciendo sus competidores en el negocio de la extracci贸n de carb贸n. Como se帽ala Yeoman, las concesiones de Shell contin煤an durante otros cuatro a帽os, y 鈥渃ercano鈥 o no, al CEO de Shell Ben van Beurden hablando sobre en la Alaska septentrional, 诲别蝉辫耻茅蝉 del dr谩stico anuncio de la compa帽铆a respecto a su retirada estrat茅gica. Cuando el precio del petr贸leo vuelva a un punto que justifique el riesgo, el costo, y la potencial difamaci贸n de la marca entre los amantes del medioambiente, los gigantes del petr贸leo volver谩n a buscar la aprobaci贸n para perforar de nuevo.
Y cuando ese d铆a llegue, la advertencia que Barry Yeoman ha preparado a partir de enormes pilas de documentos gubernamentales 鈥攎uchos de ellos bajo el escrutinio del , amparado por la Ley de Libertad de Informaci贸n鈥 ser谩 extraordinariamente relevante. Yeoman nos brinda habida cuenta del conflictivo y servil proceso detr谩s de la creaci贸n de la 煤ltima declaraci贸n de impacto medioambiental, redactada por la Oficina de Administraci贸n de Energ铆a Oce谩nica, respecto al plan de perforaci贸n de Shell. Y uno de los aspectos m谩s inquietantes, e inesperados, de su historia es que no es para nada sorprendente. No est谩 revelando ninguna mala conducta grave o conducta criminal: es solo que cuando una poderosa corporaci贸n paga y tiene el peso pol铆tico para ordenar audiencias en la Casa Blanca, los organismos reguladores se ven obligados a acelerar los procesos, tomar atajos, y transferir recursos de proyectos m谩s merecedores con el fin de atender sus necesidades. La investigaci贸n de Yeoman, que con orgullo publicamos en esta edici贸n, se titul贸 Business as usual (Aqu铆 no ha pasado nada, en la versi贸n impresa) por una raz贸n. Esto no es la revelaci贸n de una excepci贸n, es la anatom铆a de una regla.
Y por eso, independientemente de lo que espera Shell, este no es el momento de bajar la guardia, ni en el 脕rtico ni en ning煤n otro lugar.