Podr铆a empezar una historia sobre la creciente influencia humana sobre el sistema clim谩tico de la Tierra con un resumen de los efectos de un aumento incesante en las concentraciones de di贸xido de carbono que atrapan el calor y otros gases de efecto invernadero. (La versi贸n corta, por supuesto, es: siglos de derretimiento de hielo y de elevaci贸n de los niveles de los mares, de olas de calor m谩s calientes y de lluvias m谩s densas, de patrones pluviales menos predecibles, de ecosistemas y suministros de agua alterados). Pero dado que este tipo de art铆culos se han escrito durante d茅cadas, incluso por m铆, con poco impacto evidente, puede haber m谩s valor en examinar la relaci贸n de evoluci贸n lenta entre nuestra especie y la atm贸sfera y el clima. Si algo bueno va a suceder, suceder谩 a causa de un gran cambio de nuestra parte en dicha relaci贸n.
No deber铆a ser ninguna sorpresa, en primer lugar, que la humanidad se est茅 tomando su tiempo para absorber y hacer frente a lo que est谩 sucediendo. Nuestras interacciones con el clima, durante mucho m谩s del 99 por ciento de la historia, se dirigieron en una direcci贸n: las precipitaciones o temperaturas cambiaron, las capas de hielo o costas o desiertos avanzaron o retrocedieron, y las comunidades prosperaron, sufrieron o adaptaron la forma en que viv铆an o el lugar donde viv铆an. Solo han pasado un par de d茅cadas desde que la gente fuera de una peque帽a comunidad de cient铆ficos comenzara a comprender que la relaci贸n de la humanidad con el clima, en formas medibles pero a煤n sutiles, ahora funciona en dos direcciones.
Ese despertar lento es parte del mayor desaf铆o de enfrentar el Antropoceno, un nombre cada vez m谩s popular en nuestra era. Los sistemas operativos de la Tierra se encuentran cada vez m谩s bajo nuestra influencia, justo cuando nuestras oleadas de poblaci贸n y desarrollo est谩n poniendo a cantidades sin precedentes de personas en peligro. En esencia, nos encontramos en una carrera entre nuestra conciencia y nuestra potencia ambiental. Hasta ahora, ha estado ganando la potencia, tanto si su preocupaci贸n es el cambio clim谩tico o el da帽o m谩s directo a los ecosistemas.
Los fundamentos del cambio clim谩tico causado por el hombre son claros. Los gases de efecto invernadero y otros contaminantes generados por el hombre, junto con grandes cambios en los paisajes, a trav茅s de la expansi贸n de la agricultura y las ciudades, han alterado la composici贸n y la din谩mica de la atm贸sfera, desde los polos hasta el ecuador. S铆, existen variables en la ecuaci贸n clim谩tica que a煤n est谩n sin resolver. Se espera que los huracanes, por ejemplo, crezcan de manera m谩s intensa, aunque podr铆a haber menos de ellos, en general. Y nuestro entendimiento se complica a煤n m谩s por el desfase entre los fen贸menos ambientales de consolidaci贸n lenta y el momento en que finalmente tomamos conciencia de estos. Pero el desaf铆o del cambio clim谩tico es real, y a煤n m谩s preocupante debido tanto a la dificultad de revertir el proceso, dada la larga vida 煤til del di贸xido de carbono una vez liberado, y a la inercia de los componentes importantes del sistema una vez que han sido fuertemente estimulados. Por ejemplo, hasta ahora la mayor parte del calor a帽adido al sistema de la Tierra por el efecto invernadero ha ido a los oc茅anos. Eso puede sonar como algo bueno, pero dicho calor resurgir谩 en alg煤n momento, a medida que la gran banda transportadora de las corrientes del oc茅ano haga circular el agua de las profundidades, aumentando el calentamiento atmosf茅rico. En otras palabras, a pesar de que el oc茅ano puede estar absorbiendo una cantidad considerable de calor, tambi茅n compromete al planeta a calentarse durante siglos, si no milenios, de acuerdo con lo detallado por el climat贸logo de la Universidad de Chicago, David Archer, en The Long Thaw, un libro en el que expone por qu茅, a pesar de nuestro enfoque en los fen贸menos meteorol贸gicos en tiempo real, no hemos visto nada todav铆a.
El conocimiento de que el calentamiento sustancial ya es inevitable puede producir una sensaci贸n de fatalismo. Eso es solo una faceta de lo que he denominado nuestra mente inconveniente. He estado informando sobre algunos asuntos inquietantes durante m谩s de 25 a帽os de cubrir casi todos los aspectos del cambio clim谩tico inducidos por el hombre. Film茅 las grietas que se forman en el hielo marino cambiante debajo de un campo de investigaci贸n flotante, cerca del Polo Norte. He tenido conversaciones casuales con rancheros asesinos aserrando y quemando la selva amaz贸nica. He observado desde una plataforma de trabajo las profundidades verdes de una piscina de combustible gastado de una planta de energ铆a nuclear, un gran punto de observaci贸n para considerar los riesgos y beneficios de las opciones modernas de energ铆a. Pero la ciencia que revela c贸mo la mente humana tiende a percibir de manera err贸nea los problemas de esta magnitud y esta escala de tiempo, incluso en vista de los datos acumulados, es, en muchos aspectos, el fen贸meno m谩s inquietante de todos. Simplemente no somos buenos para reconocer los cambios progresivos que podr铆an representar riesgos de un potencial desastroso. Esta debilidad no se encuentra restringida 煤nicamente a la pol铆tica clim谩tica: El cambio de frenos retrasado. La galleta extra. El puente oxidado. La deuda nacional. Sin embargo, no es menos peligroso por ser generalizado. (Como parte de la prueba de 爆料公社 sobre este tema, Elizabeth Kolbert de nuestra tendencia hacia la percepci贸n err贸nea y falta de comunicaci贸n).
Sin embargo, nuestra incapacidad para percibir cambios sutiles y sus amenazas consiguientes no le quita responsabilidad al Homo sapiens. Somos diferentes de otras formas de vida que se han convertido potencias a escala mundial. Tome como ejemplo las cianobacterias verde-azuladas, organismos que comenzaron a inundar la atm贸sfera con ox铆geno, hace unos 2.4 millones de a帽os. Algunos cient铆ficos de la tierra llaman ese impacto atmosf茅rico , debido a que la acumulaci贸n de ox铆geno era t贸xica para la mayor铆a de las otras especies de la 茅poca. Y s铆, usted podr铆a dar un paso atr谩s y decir que no hay mucha diferencia entre nuestro exceso de carbono y aquella acumulaci贸n de ox铆geno. Excepto que dichas esteras de limo fotosintetizador no estaban mirando hacia el cielo, midiendo y maravill谩ndose de lo que hab铆an hecho. A trav茅s de la ciencia, nosotros s铆. Junto con la conciencia viene la responsabilidad, al menos en teor铆a. Estoy bastante seguro de que las cianobacterias no son conscientes de s铆 mismas.
Por suerte, todav铆a es demasiado pronto para describir la acumulaci贸n continua de gases de efecto invernadero generados por el hombre como la Gran Cat谩strofe del Di贸xido de Carbono. Los cient铆ficos del clima dicen que . Dicen que podemos darnos el lujo de producir aproximadamente otras 500 mil millones de toneladas m茅tricas de emisiones de carbono, antes de que los cambios resultantes en la temperatura, los patrones clim谩ticos y el nivel del mar generen un futuro desalentador irremediable para nuestra especie y muchos de nuestros compa帽eros en este planeta. Eso nos proporciona alrededor de cincuenta a帽os a nuestra tasa actual.
El Ciclo del Carbono: una M谩quina Perfectamente Afinada
Aunque esto pueda sonar como un motivo para relajarse, no est谩 ni cerca de serlo, por dos razones. Una de ellas es la masa pura y el 铆mpetu de las econom铆as y los estilos de vida impulsados por combustibles f贸siles de las naciones m谩s pr贸speras de hoy en d铆a. Como me dijo el f铆sico y analista de energ铆a, John Holdren, en 2006, antes de convertirse en el asesor cient铆fico del presidente Obama: "Tenemos una inversi贸n de capital de 12 billones de d贸lares en la econom铆a de la energ铆a mundial y un per铆odo de rotaci贸n de treinta a cuarenta a帽os... Si quieres ver la diferencia en treinta o cuarenta a帽os, es mejor que empieces ahora".
El otro obst谩culo es la demanda insatisfecha de necesidades energ茅ticas b谩sicas de las cerca de 2.8 millones de personas que todav铆a queman le帽a, carb贸n o esti茅rcol seco para cocinar y calentarse, y de las 1.2 mil millones que no tienen acceso a un interruptor de luz. Algunas pueden realizar la transici贸n a opciones de energ铆a renovable, pero no podemos simplemente dejar a las dem谩s en la oscuridad.
Teniendo en cuenta estas realidades clim谩ticas y humanas, 驴c贸mo podemos desarrollar una relaci贸n bidireccional sostenible con la atm贸sfera y el clima? 驴C贸mo podemos limitar el calentamiento y prepararnos de manera inteligente para el futuro? En primer lugar, ayudar铆a concebir el calentamiento global menos como un problema a resolver y m谩s como un problema de herencia, el cual debe ser abordado de manera consistente. Con demasiada frecuencia hemos o铆do las llamadas a "firmar el acuerdo" (en un tratado vinculante) y "resolver la crisis clim谩tica" en formas que implican que esta es la tarea de un solo presidente o de una sola generaci贸n. Una visi贸n m谩s realista es que necesitamos una nueva relaci贸n con la energ铆a, para coincidir con nuestra nueva relaci贸n en desarrollo con el clima. Abordar tanto las fuentes de emisiones y las fuentes de riesgo social y ecol贸gica es algo que debe realizarse de forma habitual, y apasionada, mientras trabajamos en la reducci贸n de la pobreza y la atenci贸n de la salud. Tom贸 un siglo adentrarse en la era f贸sil; tomar谩 d茅cadas salir.
En segundo lugar, ayudar铆a a abandonar las expectativas de que hacer cada vez m谩s hincapi茅 en los estudios cient铆ficos sobre el calentamiento, de manera m谩s fuerte o m谩s inteligente, construir谩 una oleada de preocupaci贸n que finalmente nos impulsar谩 hacia opciones de energ铆a limpia. Los art铆culos cient铆ficos son de gran importancia, por supuesto, pero tenemos que comenzar a sentirnos c贸modos con la idea de que los seres humanos tendr谩n, inevitablemente, una amplia gama de reacciones frente al cambio clim谩tico. Como lo , una mayor familiaridad con la ciencia puede ampliar las diferencias, en lugar de resolverlas. En 2010 encontr茅 un premio Nobel en f铆sica para apoyar casi cualquier postura sobre el tema.
Involucrarse en profundidad con la ciencia del comportamiento puede dejarlo aturdido. Pero la misma ciencia apunta hacia los caminos productivos. Una encuesta llevada a cabo por la Universidad de Yale, por ejemplo, ha demostrado un amplio apoyo hacia est谩ndares m谩s altos de eficiencia de combustible para los veh铆culos, incluso entre personas que cuestionan el calentamiento global. Conozco conservadores y liberales que est谩n de acuerdo con que el gobierno federal no debe subsidiar el desarrollo en las zonas costeras que son cada vez m谩s vulnerables a los mares que avanzan, o en las "zonas rojas" de Colorado y otras 谩reas en el Oeste, donde los riesgos de incendios forestales ya son altos y, de acuerdo con una serie de estudios, en aumento debido al calentamiento. Otra fuente de optimismo es la matriz de herramientas de r谩pida expansi贸n para el intercambio mundial y la conformaci贸n de las ideas, observaciones e inversiones que ofrecen un gran potencial para acelerar la innovaci贸n energ茅tica y la planificaci贸n flexible.
La complejidad "" del desaf铆o del efecto invernadero, seg煤n lo describi贸 por primera vez el joven analista clim谩tico Kelly Levin y algunos colegas en 2007, garantiza que es necesaria una combinaci贸n de enfoques; se necesitan los "perdigones de plata" de Bill McKibben, el escritor clim谩tico y activista veterano. En la acci贸n como en la evoluci贸n, la diversidad es adaptativa. McKibben ha dise帽ado mayormente alrededor de la confrontaci贸n. Un ejemplo de ello es atacando a las grandes compa帽铆as petroleras o presionando a los fideicomisarios universitarios y los pol铆ticos para retirar . Pero el grupo tambi茅n ha llevado a cabo "" en las cuales las comunidades se re煤nen para realizar tales cambios ecol贸gicos, como plantar 谩rboles y colocar instalaciones de energ铆a solar y e贸lica. Al mismo tiempo, los innovadores como el qu铆mico de Caltech se centran en fomentar la energ铆a fotovoltaica y otras tecnolog铆as de energ铆a. El empresario est谩 elaborando nuevos modelos de inversi贸n para fomentar el uso de paneles solares. Ban Ki-moon, el Secretario General de las Naciones Unidas, se ha dirigido de manera sabia a los desaf铆os entrelazados sobre el clima y la energ铆a del mundo mediante dos v铆as, para las miles de millones de personas en todo el mundo que a煤n no tienen acceso a la electricidad.
Uno de los signos m谩s interesantes de un cambio en el pensamiento lleg贸 en por dos ex senadores dem贸cratas, Tim Wirth y Tom Daschle, dos campeones en este tipo de herramientas centralizadas, tales como las leyes y tratados. Ellos presentaron un nuevo enfoque al progreso clim谩tico, que se ajusta a nuestro mundo abigarrado:
"Creemos que ha llegado el momento de que la comunidad internacional altere su estrategia clim谩tica colectiva y ponga fin a la b煤squeda de un acuerdo centralizado e integral que es imposible de lograr, descrito de manera poco atractiva como 'reparto de la carga', y, en cambio, fomente un enfoque que se base en el inter茅s nacional propio e incentive una carrera hacia la cumbre, mediante soluciones de energ铆a bajas en carbono. Esto cambiar铆a la cuesti贸n psicol贸gica del problema del cambio clim谩tico, y pasar铆a de ser una carga a ser una oportunidad, y el resultado probable pasar铆a de ser una angustia por el fracaso a ser un entusiasmo por la acci贸n tangible para construir un mundo mejor".
Su llamada reemplaza la b煤squeda inalcanzable de construir un tratado vinculante con una b煤squeda inclusiva y sostenida de caminos productivos en materia de energ铆a y medio ambiente. Y a medida que se extienda ese tipo de enfoque, desde la diplomacia internacional hasta las decisiones del hogar y las elecciones de carrera realizadas por estudiantes, veo perspectivas s贸lidas de que podamos ganar esta carrera con nosotros mismos. Podemos pasar de la conciencia a la responsabilidad y a la acci贸n significativa, y brindar un planeta para las generaciones venideras que, aunque inevitablemente lleva nuestra huella, sigue siendo algo hermoso.
Andrew C. Revkin ha abordado el cambio clim谩tico causado por el hombre desde mediados de la d茅cada de 1980 en dos libros y cientos de art铆culos de peri贸dicos y revistas. 脡l escribe el blog Dot Earth para The New York Times.