Nota del Editor: Ante el monstruoso desaf铆o del calentamiento global, una narrativa de futilidad ha echado ra铆ces: "Durante d茅cadas, no hemos hecho nada para solucionar este problema y ahora 鈥嬧媙o hay manera de detenerlo". Tres sabios estrategas nos hemos reunido para convencerlo de que ambas partes de dicha declaraci贸n son totalmente err贸neas.
Leer la opini贸n de Jigar Shah . Leer la opini贸n de Thomas C. Heller
Durante las negociaciones clim谩ticas de Kyoto en 1997, me encontraba en un pasillo en el complejo de negociaciones de la ONU con nuestra delegaci贸n del congreso, mientras Stu Eizenstat, nuestro principal negociador, anunciaba los compromisos de reducci贸n de emisiones de los Estados Unidos propuestos por el presidente para lo que se convertir铆a en el Protocolo de Kyoto. En lo que hoy es reconocido como una norma en todo el mundo, aunque todav铆a en gran medida una aspiraci贸n, el presidente Clinton propuso reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a niveles de 1990 para 2020, una reducci贸n tan dr谩stica que en el momento parec铆a casi inconcebible.
Los miembros de la delegaci贸n que recibieron la noticia se quedaron at贸nitos. Despu茅s de una pausa, se plantearon dos preguntas universales: 驴De d贸nde provendr铆an todas las reducciones de carbono? 驴Y qu茅 deber铆a hacer la gente en casa para alcanzar este objetivo? Yo estaba trabajando en el Grupo de Trabajo de Cambio Clim谩tico de la Casa Blanca, en la adaptaci贸n de este tipo de compromisos internacionales en pol铆tica nacional. Creo que es justo decir que nuestra respuesta a esas dos preguntas era limitada y carente de especificidad: el mercado lo resolver铆a, eso esper谩bamos; el sector privado con fines de lucro encontrar铆a las eficiencias necesarias. Adem谩s, las tecnolog铆as de energ铆a limpia surgir铆an y se ampliar铆an de manera inevitable.
El Consejo sobre Calidad Ambiental de la Casa Blanca present贸 cifras que establec铆an que el cumplimiento del tratado de Kyoto le costar铆a a los EE. UU. 400 mil millones de d贸lares y dar铆a lugar a la p茅rdida de casi 5 millones de puestos de trabajo. No hace falta decir que una serie de congresos y presidentes forcejearon con c贸mo procesar ese tipo de informaci贸n y hacia d贸nde dirigirse desde all铆. Un profundo sentimiento de futilidad impregn贸 los medios de comunicaci贸n y la opini贸n p煤blica durante a帽os, junto con la sensaci贸n de que Estados Unidos hab铆a hecho poco para cerrar sus brechas en el clima y que era poco probable que hiciera mucho m谩s en el futuro. Todav铆a sufrimos por este legado de duda.
驴Pero es esa toda la historia? La evidencia sostiene que no. La verdad es que Estados Unidos ha movido monta帽as en cuanto al cambio clim谩tico. Si hacemos un avance r谩pido desde 1997 hasta 2012 (el a帽o m谩s reciente del que se dispone de cifras), ahora sabemos que las trayectorias de emisiones previstas han disminuido de manera constante desde 2005; en total, la brecha entre las emisiones para 2020 previstas ese a帽o y el objetivo de Kyoto se ha reducido en un 75 por ciento. Esos niveles de emisiones de 1990 ahora se encuentran a corta distancia. Tambi茅n sabemos que este progreso no se produjo por una especie de accidente feliz. La gente tiende a explicar nuestra disminuci贸n de emisiones nacionales de GEI en funci贸n de los cambios a la baja en la econom铆a y los cambios al alza en el suministro de gas natural. Pero un an谩lisis de los cambios en el uso nacional de carb贸n realizado por mi organizaci贸n, el Centro de Estrategias Clim谩ticas, muestra que la reducci贸n se debi贸 no tanto al malestar econ贸mico sino a las pol铆ticas implementadas en nuestros sectores de energ铆a y transporte. Resulta que nuestros estados y las partes interesadas hicieron m谩s de lo que esper谩bamos.
Y hay otras oportunidades por delante. M谩s de la mitad de los estados de Estados Unidos han desarrollado planes integrales de acci贸n clim谩tica desde el a帽o 2000, dise帽ados para cumplir o exceder las metas nacionales. En el Centro de Estrategias Clim谩ticas, ayudamos a desarrollar m谩s de veinte planes estatales de acci贸n clim谩tica, y muchas de las propuestas que derivan de esos planes se han implementado con 茅xito. Una revisi贸n realizada por el Centro de Estrategias Clim谩ticas en 2012 muestra que tomar铆a un peque帽o pero importante conjunto de acciones nuevas y ampliadas en cada sector para cerrar casi por completo la brecha de Kyoto de 2020.
Tenemos un largo camino por recorrer para resolver nuestro problema de carbono. Necesitamos liderazgo desde arriba y abajo. Pero es importante entender que, si bien esta marcha diversa y evolutiva hacia el progreso se puede haber perdido en el pueblo estadounidense, la comunidad internacional la not贸. La misma f贸rmula de colaboraci贸n de objetivos m煤ltiples que ha logrado tanto 茅xito en los Estados Unidos a nivel subnacional est谩 impulsando cambios a nivel global, hacia los mercados de energ铆as seguras y sostenibles.
Tom Peterson es el presidente y director ejecutivo del Centro de Estrategias Clim谩ticas, el cual fund贸 en 2004 para ayudar a los gobiernos y a las partes interesadas con el cambio clim谩tico integral y el desarrollo e implementaci贸n de estrategias de crecimiento ecol贸gico. Ha participado en el dise帽o y la direcci贸n de veinticuatro planes estatales de acci贸n clim谩tica de los Estados Unidos, y en el liderazgo de muchas iniciativas y evaluaciones clim谩ticas nacionales e internacionales.
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