En enero, un grupo de civiles armados tom贸 el control del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Malheur, en el desierto del sudeste de Oreg贸n. Durante 41 d铆as, ocuparon su oficina central, saqueando elementos de electr贸nica, inundando el sistema s茅ptico, alterando artefactos de los nativos de la regi贸n (el da帽o que causaron alcanza los USD 6 millones), y exigiendo a los guardias armados que patrullen las 300 millas cuadradas de praderas de artemisa y los valles de r铆o donde habitan unas 320 especies de aves. Una de sus demandas principales inclu铆a que la polic铆a entregara el control de Malheur al Condado de Harney. En un video publicado en Facebook (que ya fue eliminado), Ammon Bundy, uno de los l铆deres del grupo, explica: 鈥淗acemos esto para que las tierras y los recursos sean devueltos a quienes pertenecen鈥.
Sin embargo, la comunidad local declara que no necesita de su ayuda. Y eso ocurre porque Malheur no ejemplifica las cl谩sicas batallas del oeste, sino todo lo contrario: una tendencia en aumento de iniciativas conjuntas entre estancieros conservacionistas. Durante la d茅cada pasada, un grupo llamado la High Desert Partnership reuni贸 gente de m谩s de 30 organizaciones, incluidos estancieros, bi贸logos y activistas del refugio, que trabajan en conjunto para encontrar soluciones que permitan el desarrollo libre de aves y otros animales. 鈥淓s ir贸nico que hayan escogido Malheur鈥, dice Bob Sallinger, miembro del grupo y director de conservaci贸n en 爆料公社 Portland. 鈥淓n un paisaje de conflicto, existe un lugar de colaboraci贸n鈥.
Gary Marshall, un estanciero que lleva a pastar al ganado al refugio, fue uno de los primeros en firmar cuando se form贸 la asociaci贸n High Desert Partnership, en 2005. Estaba cansado de ver que los conflictos sobre el uso de tierras se discut铆an en tribunales alejados. 鈥淎qu铆 mismo hay gente muy inteligente鈥, explica. El primer intento del grupo fue crear un Plan de Conservaci贸n Integral a 15 a帽os para el refugio. Varios discutieron. Pero tambi茅n escucharon. Todos coincidieron en la forma que deb铆a tener el plan final, que brinda permisos de pastoreo cada cinco a帽os en vez de anualmente, y obliga a mantener el ganado en terreno elevado durante el verano para permitir que los polluelos de grullas canadienses, tordos arroceros y otras aves eclosionen en las praderas h煤medas.
Desde aquel entonces, el grupo ha lanzado proyectos de restauraci贸n en m谩s de 100.000 acres de bosques y humedales. Unas horas antes de que uno de los ocupantes fuera asesinado de un disparo en un enfrentamiento con la polic铆a, el grupo recibi贸 la noticia de que hab铆an ganado el subsidio de USD 4,8 millones que otorga el estado de Oreg贸n para mejorar los h谩bitats aviares en terrenos privados, y eliminar a los peces invasivos de las aguas del refugio. El asesinato lleg贸 a las tapas de todos los diarios, pero la historia del subsidio, como era de esperarse, no.
La mitad de los fondos nuevos se utilizar谩n para mantener el sistema de riego por inundaci贸n. A diferencia de los rociadores masivos, estos sistemas distribuyen una capa fina de aguanieve sobre los campos de heno, creando una especie de espejo de hierbas extenso. Los invertebrados crecen y se transforman en el banquete de grullas y zarapitos americanos. Cuando el agua se evapora, se produce una explosi贸n de hierbas frescas ideal para refugiar aves en etapa de nidificaci贸n. Una vez que los polluelos se empluman, se recoge heno para la alimentaci贸n durante el invierno, y a medida que el verano se transforma en oto帽o, el ganado se alimenta de una segunda etapa de crecimiento.
El resto del dinero se utilizar谩 para combatir la carpa com煤n. Estos peces invasivos se han adue帽ado del lago de Malheur, que hist贸ricamente ha sido el medio de vida de cientos de aves migratorias. Las carpas arrancan de ra铆z una planta acu谩tica llamada tule, devoran invertebrados y ensucian el agua, lo cual afecta negativamente el desarrollo de las aves en la zona. En las 煤ltimas cuatro d茅cadas, el n煤mero de patos y gansos que nacieron en Malheur es diez veces inferior, y las aves migratorias disminuyeron hasta en un 90 %.
A principios de abril, en cuanto Linda Beck, bi贸loga del Servicio de Peces y Vida Silvestre de los Estados Unidos, volvi贸 a tener acceso al refugio, recorri贸 el lago de ocho pulgadas de profundidad en hidrodeslizador. Despu茅s de rodear en c铆rculos una isla artificial construida especialmente para las pagazas piquirrojas, decidi贸 parar. El agua color chocolate se ve铆a tranquila y en silencio, y solo se escuchaba una gaviota sobrevolando la zona. 鈥淓n verano hay miles de carpas鈥, cuenta Beck. 鈥淪i miras el agua, puedes verlas asom谩ndose a respirar鈥. Este verano, atacar谩 a estos peces de varias maneras: permitir谩 la pesca recreativa y comercial y utilizar谩 trampas y pantallas para llevar a los card煤menes a zonas donde puedan cazarlos.
En 1908, cuando el campe贸n William L. Finley visit贸 el lago, vio un laberinto de plantas entre los peces, gansos, somormujos, pel铆canos, grullas y garzas: una 鈥渆xtensi贸n de tules verdes; acres y millas cuadradas de aves鈥. Con ayuda de la High Desert Partnership, una multitud de aves ocupar谩 el refugio nuevamente.
Conozca m谩s sobre las aves de Malheur en la narraci贸n en primera persona de Noah Strycker, publicada justo despu茅s de finalizada la ocupaci贸n.