De los bosques boreales a los bosques tropicales

Proteger al chipe garganta naranja requiere una aproximaci贸n hemisf茅rica.
Blackburnian Warbler on a branch.

Hace 25 a帽os, a trav茅s de unos binoculares, por primera vez vi con nitidez a un p谩jaro. Era un espectacular macho de chipe garganta naranja. Me maravill贸 la belleza de las plumas color naranja encendido de su cabeza y garganta, y como contrastaban tan vivamente con su peque帽a m谩scara facial negra. Era el punto 谩lgido de la migraci贸n primaveral y yo estaba en un peque帽o bosque detr谩s del colegio comunitario suburbano del norte del estado de Nueva York, en el que estudiaba medio tiempo. Aquella tarde, en la clase de ecolog铆a, me dieron un par de prism谩ticos y una gu铆a de campo y me indicaron que hiciera un inventario de las aves del campus para un trabajo de laboratorio. Yo no era una observadora de aves en aquel momento, pero la curruca rabilarga era inconfundible en aquella gu铆a de campo. Todos estos a帽os despu茅s, lo que sent铆 al ver ese p谩jaro a煤n est谩 muy fresco en mi mente porque ese chipe garganta naranja, tambi茅n conocido como reinita de fuego, fue mi "spark bird", la especie que desencaden贸 de por vida una pasi贸n/obsesi贸n por las aves. No me di cuenta entonces, pero ese momento cambiar铆a profundamente la trayectoria de mi existencia.

Avancemos el reloj. Marzo de 2022 y estoy en Colombia, el "pa铆s de las aves", con mis colegas de 爆料公社 Am茅ricas. Juntos, temprano en la ma帽ana, observamos algunas aves antes de iniciar otro d铆a de reuniones. Para mi deleite, veo una chipe garganta naranja en un 谩rbol cercano.  En ese momento, sent铆 que mi vida hab铆a cerrado el c铆rculo. Desde aquel primer encuentro con este chipe pas茅 los a帽os trabajando para apoyar la conservaci贸n de las aves en el este de Norteam茅rica, pero hab铆a llegado el momento de salir. SALIR LEJOS. El chipe garganta naranja se reproduce en el sureste del bosque boreal de Canad谩 y en el sur de los bosques mixtos de con铆feras y caducifolios de los Apalaches, en el este de Estados Unidos, pero pasa la otra mitad del a帽o en el noroeste de Sudam茅rica. Y no est谩 solo. Cada oto帽o, entre 3.000 y 5.000 millones de aves salen del bosque boreal para migrar a sus destinos de invernada. M谩s de mil millones de aves migrar谩n a Sudam茅rica para pasar el invierno, y la mayor parte de ellas se instalar谩 en los cinco pa铆ses que conforman los Andes tropicales, es decir, en Bolivia, Colombia, Ecuador, Per煤 y Venezuela. Casi otros 2.000 millones de aves dependen de Centroam茅rica y el Caribe para mantenerse cada invierno. Y aunque aproximadamente 1.200 millones de aves boreales pasan sus inviernos en los Estados Unidos -lo que garantiza mucha acci贸n en nuestros comederos de aves-, el gran n煤mero que migra m谩s lejos es un contundente recordatorio de por qu茅 debemos pensar m谩s all谩 de nuestros jardines cuando se trata de la conservaci贸n de las aves.

El programa 爆料公社 Am茅ricas se centra en los esfuerzos de conservaci贸n a escala hemisf茅rica para garantizar la protecci贸n de los lugares que las aves necesitan para sobrevivir durante todo el a帽o. En el bioma del bosque boreal de Canad谩 -la "guarder铆a de aves" de Am茅rica del Norte- estamos trabajando para aumentar el apoyo p煤blico a la propuesta de establecer decenas de millones de acres de 谩reas ind铆genas protegidas y conservadas que le dar铆an sustento anual a entre 30 y 90 millones de aves reproductoras. Adicionalmente, tenemos como objetivo de conservaci贸n otros 25 millones de acres de h谩bitat importante para las aves en Am茅rica Latina y el Caribe, con un enfoque prioritario en Colombia, Chile, Panam谩 y M茅xico. Esta es una buena noticia para el chipe garganta naranja y los cientos de otras especies que dependen de los bosques boreales y de los bosques tropicales durante todo el a帽o, entre ellas: el papamoscas oliv谩ceo y el aliso; el papamoscas oriental y el occidental; el chorlito semipalmeado; el patiamarilla menor; el halc贸n de ala ancha; el zorzal cara gris y el de Swainson; la reinita casta帽a, la canadiense y el chipe cabeza negra; y el cuclillo pico negro.

Esto es particularmente relevante a la luz de una publicaci贸n de Science, en 2019, en la cual inform贸 que la abundancia de aves en el territorio continental de Estados Unidos y Canad谩 disminuy贸 en la impactante cifra de 3.000 millones de aves desde 1970, y que un tercio de esas p茅rdidas se produjo entre las aves que se reproducen en el bosque boreal. Muchos estudios han documentado que las condiciones del h谩bitat durante el invierno y la migraci贸n est谩n relacionadas con el 茅xito reproductivo durante la temporada de cr铆a. Este "efecto de arrastre" puede ser mayor en el caso de las especies que experimentan malas condiciones en el h谩bitat invernal y que, adem谩s, tienen una proporci贸n significativa de su poblaci贸n en ese lugar, sobre todo si no se disponen de un h谩bitat alternativo. Por ello, comprender las conexiones migratorias que realizan las aves a lo largo del a帽o -saber d贸nde se reproducen y pasan el invierno, as铆 como los h谩bitats de parada de los que dependen durante la migraci贸n- es fundamental para lograr resultados de conservaci贸n eficaces, ya que ese conocimiento puede utilizarse para tomar decisiones sobre la mejor asignaci贸n de los fondos de conservaci贸n.

El establecimiento de 谩reas protegidas es una estrategia clave empleada por 爆料公社 Am茅ricas para apoyar nuestra visi贸n de la conservaci贸n de las aves durante todo su ciclo de vida. Estos esfuerzos protegen no s贸lo a las migrantes neotropicales, sino tambi茅n a la asombrosa variedad de especies de aves end茅micas que se pueden encontrar durante todo el a帽o en el hemisferio sur  -隆Am茅rica del Sur cuenta con 2.456 especies residentes solamente! La protecci贸n de importantes h谩bitats de aves en todo el hemisferio es fundamental porque el bosque boreal de Canad谩 y los bosques tropicales de Am茅rica Latina enfrentan amenazas similares para la biodiversidad, principalmente en forma de deforestaci贸n y degradaci贸n para la extracci贸n de recursos. Esto incluye la tala de 谩rboles, la miner铆a, la producci贸n de petr贸leo y gas, y el represamiento de r铆os de caudal libre para obtener energ铆a hidroel茅ctrica. La expansi贸n agr铆cola es otro factor importante que contribuye a los cambios en el uso de la tierra en Am茅rica Latina, y se le ha atribuido la disminuci贸n considerable de la biodiversidad tropical. Por ello, el programa de Agricultura regenerativa de 爆料公社 Am茅ricas procura asociaciones con los agricultores para promover pr谩cticas agr铆colas sostenibles en 12 millones de acres y aumentar as铆 el h谩bitat en las tierras de trabajo y proporcionar conectividad dentro de estos paisajes.

Durante mi estancia en Colombia, tuve la oportunidad de visitar un excelente modelo de agricultura sostenible, la , en el valle del r铆o Cauca, situada entre los Andes occidentales y centrales. Me sorprendi贸 la belleza del lugar y la avifauna que abunda en la propiedad, que contrasta fuertemente con los interminables campos de ca帽a de az煤car que componen gran parte del valle del r铆o, anta帽o boscoso. En la d茅cada de 1970, los propietarios de esta finca familiar, hoy a cargo de la novena generaci贸n, comenzaron a experimentar con un sistema silvopastoril en el que se intercalan altas densidades de 谩rboles y arbustos con cultivos forrajeros para el pastoreo. El cambio result贸 rentable: desde entonces, han visto aumentar la producci贸n de leche de su ganado y el n煤mero de reses que puede mantener su explotaci贸n. El suelo es m谩s rico y la tierra ha demostrado ser m谩s resistente al clima c谩lido y seco que se da en la regi贸n durante los a帽os de El Ni帽o. Los sistemas silvopastoriles intensivos tambi茅n albergan el doble de especies de aves que las explotaciones convencionales de ca帽a de az煤car, y cuatro veces m谩s especies que los paisajes de pastizales abiertos. Y, por si fuera poco, los sistemas silvopastoriles intensivos son capaces de secuestrar mucho m谩s carbono que los sistemas de pastoreo tradicionales, lo que ayuda a mitigar los efectos del cambio clim谩tico y los hace especialmente importantes para proteger no s贸lo a las aves, sino tambi茅n el bienestar de las personas. A medida que aumenta la gravedad de los fen贸menos meteorol贸gicos extremos en nuestro planeta en proceso de calentamiento, la protecci贸n de los paisajes que extraen el carbono de la atm贸sfera y lo almacenan en el suelo es esencial para salvaguardar nuestro futuro.

La protecci贸n de un h谩bitat importante para las aves suele ir de la mano de la protecci贸n de enormes almacenes de carbono, como los que pueden encontrarse en las extensas turberas del bosque boreal de Canad谩 y los bosques tropicales de Sudam茅rica. Las comunidades ind铆genas de Canad谩, Am茅rica Latina y el Caribe est谩n liderando ambiciosas iniciativas de 谩reas protegidas que beneficiar铆an a la biodiversidad y a los sistemas de captura de carbono, ya que tratan de proteger sus tierras ancestrales de la deforestaci贸n mediante el reconocimiento formal de sus gobiernos y de sus derechos sobre la tierra. De hecho, hay mucho que esperar del trabajo que la gente est谩 haciendo para proteger los paisajes que aman.

Esto fue evidente durante mi viaje a Colombia, donde tuve la gran suerte de conocer a colegas de toda Am茅rica Latina apasionados por la conservaci贸n de las aves y que se esfuerzan por emplear enfoques innovadores para protegerlas y sus h谩bitats. El trabajo que est谩n haciendo y su dedicaci贸n a este campo de trabajo fue inspirador y edificante porque la tarea que tenemos por delante es inmensa y se necesitar谩 m谩s que un pa铆s o una instituci贸n para salvaguardar las poblaciones de aves de un mayor declive. Para resolver nuestras crecientes crisis medioambientales se necesitar谩 una perspectiva integrada que incorpore a las comunidades que van desde Canad谩 hasta Chile, que incluya las voces de los pueblos ind铆genas, de los agricultores, de los acad茅micos, de los cient铆ficos comunitarios, de las instituciones gubernamentales, de las organizaciones sin 谩nimo de lucro, las empresas y los cient铆ficos de ambos hemisferios. Hay mucho en juego, m谩s all谩 de las aves. Pero, incluso, si fuera s贸lo para asegurar que el chipe garganta naranja logre hacer su viaje anual de forma segura, ese ya ser铆a un objetivo por el que vale la pena trabajar.